No hay fin del arte posible, puesto que el arte es lo que el hombre de su tiempo necesita que sea. Cambia su filosofía, la ciencia y la tecnología ofrecen otras perspectivas. Habiendo nacido en los 70's, cómo no sentirme finalmente a disgusto pintando cosas inertes, modelos. Y es que nuestro cuerpo ya no es el mismo; ha sido tan banalizado, comercializado, torturado, operado, manipulado, asesinado. Descubro con algo de madurez, que los cacharros y modelos nos complacen en la etapa de formación dada su cercana cotidianeidad, lo que nos enseña a ver, a investigar y jugar con sus posibilidades. Hoy me parece imposible retomarlos ya que la percepción que tengo del mundo, de la gente, del arte y de la religión ha cambiado. Nunca acepté el arte de moda ni el arte que muestra y hasta se regodea plásticamente con aquello que nos disgusta y cree ser una burla por su mera reproducción. Eso sería darle un espacio a algo que no se lo merece. Esta generación de pinturas han sido engendradas a p...