Próximo Pasado
En pocas imágenes, esto era mi concepto anterior de la pintura y de lo que significaba ser pintor. La profusión de maldades, desgracias y afines producidas gracias a la clase política tradicionalmente corrupta y traidora de la Argentina, angustian a cualquier persona sensible. Los cambios económicos y sociales producidos en la década de los 90´s, invaden mi pintura. El desencanto se cuela en la realización de personajes grotescos, deformes, la utilización de colores contrastantes y falsa o exagerada perspectiva (que presta inestabilidad a la imagen).
Sin embargo, ninguna de estas "triquiñuelas" conformaba a mi propia crítica ni a espíritu, y esto era concluyente. Debía encontrar otra manera de manifestación. Las formas y el espacio se licuaron y abrieron el paso a colores en movimiento, Gesto.
Cansada de la dependencia de la imagen (tan bien capturada y reproducida por los medios de comunicación) comencé una etapa de introspección y de observación de otros artistas política y éticamente comprometidos con su realidad pero con un caudal de imágenes propias, simbólicas, universales.
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